domingo, 28 de julio de 2013

Se nos acaba el tiempo, y las excusas.

Creo que poco a poco voy entendiendo algo más sobre el amor y las relaciones, he aprendido que no te puedes fiar nunca de nadie, ni siquiera de uno mismo.

No me fio de mí, hasta que no me enamore no voy a poder centrarme en alguien, no me apetece, no quiero y ya está. No soy propiedad de ningún hombre, ya me encerré en casa para tener a uno contento, y de hombre no tenía nada, cobarde.

No tengo ganas de tener la obligación de hablar con él todos los días, de ponerme mimosa cuando en realidad no lo estoy, de decir y fingir cosas que no siento, de ponerle a él como prioridad, de tener que verle sin ganas, de días especiales, de fechas marcadas, con la fecha de caducidad asegurada. 
QUIERO SER LIBRE.

Soy demasiado pequeña para jugar a las casitas con el primero que se me cruza en la calle y me dice que me quiere y me llena la cabeza de nubes rosas, las nubes rosas son feas, siguen siendo nubes, al final siempre llueve, y después descubres el Sol y no te quieres mover de ahí. Ahora mismo estoy en el Sol, y es maravilloso. 

"Ser libre es poder elegir cada uno sus cadenas"

¿Sabes qué? No podré ser libre del todo, pero si tengo que elegir, me quedo siendo un poco más libre sola. ¿Eternamente? Pues no, eternamente no, pero cuando aparezca alguien que merezca la pena y comparta mi libertad, entonces, y solo entonces, dejaré que me abrace y me llene, pero no de lluvia.



Un poco de Delirious para aclarar ideas...

Me siento mal por el daño que le hice pero no podía seguir así, empezaban a sonar campanas de boda...




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