martes, 31 de julio de 2012

«Felicidad en estado puro, bruto, natural, volcánico, que gozada, era lo mejor del mundo... Mejor que la droga, mejor que la heroína, mejor que la coca, chutes, porros, hachís, rayas, petas, hierba, marihuana, cannabis, canutos, anfetas, tripis, ácidos, lsd ,éxtasis... Mejor que el sexo, que una felación, que un 69, que una orgía, una paja, el sexo tántrico, el kamasutra, las bolas chinas... Mejor que la nocilla y los batidos de plátano... Mejor que la trilogía de George Lucas, que la serie completa de los Teleñecos, que el fin del Milenio... Mejor que los andares de Ally Mcbeal, Marilyn, la Pitufina, Lara Croft, Naomi Campbell y el lunar de Cindy Crawford... Mejor que la cara B de Abbey Road, los solos de Hendrix. Mejor que el pequeño paso de Neil Amstrong sobre la Luna, el Space Mountain, Papa Noel, la fortuna de Bill Gates, los trances del Dalai Lama, las experiencias cercanas a la muerte, la resurrección de Lázaro, todos los chutes de testosterona de Schwarzenegger, el colágeno de los labios de Pamela Anderson, mejor que Woodstock y sus fiestas mas orgásmicas...mejor que los excesos del Marqués de Sade, Arthur Rimbaud, Morrison y Castaneda... Mejor que la libertad... Mejor que la vida».



Realmente espero que haya alguien que te cuide cuando yo no pueda hacerlo.






Alguien que vaya a verte por las mañanas, alguien que te haga reír y que no se canse nunca de hacerlo, alguien que no pueda ir a tu lado sin darte la mano, que se quede despierta hasta que amanezca hablando contigo por teléfono, alguien que te haga cosquillas, pero no muchas, alguien con quien comas galletas y pasees en invierno, alguien con quien cantar y dormir, alguien en quien puedas confiar, alguien que te eche de menos cuando no estés y que te quiera.
Quiero estar contigo hasta que el mundo reviente de celos, hasta que te canses de estar conmigo. Hasta que se nos desgasten los labios. Hasta que ya no queden más horas en la semana para estar juntos. Hasta que yo ya no sea yo, y tú ya no seas tú, hasta que seamos nosotros. Hasta que ya no queden estrellas en el cielo. Hasta que ya no nos queden portales por ocupar, ni películas por ver. Hasta que ya no me queden insultos que dedicarte, o canciones que hablen de tí. 


Hasta que tú quieras, estaré aquí siempre.





Tan cerca que su aliento me hacía cosquillas en los labios.
Y entonces le besé. Mis labios rozaron los suyos en una caricia suave, controlada. Incluso en ese momento, no pude evitar analizar la situación, preguntarme cómo reaccionaría él y qué pensaría de mí, contar los segundos que pasaban desde que nuestros labios se tocaron hasta que él abrió los ojos.
Me sonrió y habló con suavidad, pero también con aire burlón.
-¿Eso es todo?
Volví a posar mis labios en los suyos, pero esta vez el beso fue muy distinto. Fue un beso que valía por seis años, un larguísimo instante en el que sus labios cobraron vida bajo los míos y saboreé en ellos el deseo. Por primera vez en mi existencia como ser humano, mi mente no se separó de mis sentidos, no se puso a componer la letra de una canción o a memorizar la situación para reflexionar más tarde sobre ella.
Por una vez en mi vida,
estaba allí,
solo allí.
"Eres mi otra piel, mi cambio de estación. Yo broto para ti, florezco y muero al mismo tiempo"






veintiseis


martes, 24 de julio de 2012

El amor siempre tiene un plan B, ¿no? 
Si las cosas no salen como nosotros queremos ni como hemos planeamos lo único que me apetece hacer es desaparecer, nos vamos los dos, vamos a escaparnos bien lejos y hacer lo que queramos, ¿qué te apetece hacer hoy? Venga, lo que quieras. 
Vamos a sobrevivir a base de te quieros.