lunes, 23 de mayo de 2016

Quiero que llegue alguien que arrase con mis principios y valores, con mis “yo nunca”, con mis “¿yo? qué va”. Que me quite este miedo a sentir de nuevo, que me haga dejar de echar de menos, que le dé vueltas de campana a mi vida y me cambie todos mis puntos de vista, que cambie mis “bien” por una sonrisa, a la temida pregunta de “¿cómo estás?”.


lunes, 11 de enero de 2016

vida,

Confía en mí,

te prometo promesas de esas que no voy a cumplir,

pero,

también,

muchas noches de estrellas y muchos días, de cervezas a las tantas, de hacer el amor sin horarios, de hacerte reír hasta que no puedas más, de enfadarme y desenfadarme abrazándote por la espalda, de mucho mar y de helados en pleno invierno, de sentarnos sólo a ver pasar el tiempo, de pasear el tiempo que te apetezca, caminar descalzos por donde nos dé la gana, dormir donde queramos, querernos un martes cualquiera como el mejor de los San Valentines, de compartir tus silencios cuando no hayan palabras para los días malos, de mirarnos sin parar en la cama, de besar tus lágrimas, de tener preparada la copa para brindar por tus triunfos, de pelis y cola-caos, de largas bañeras con velas y música, de sentarnos a hablar de lo que nos mueve el corazón, de descubrir sitios nuevos, de desaparecer hasta no saber qué día es, de desayunos con corazones de chocolate, de duchas de besos, de despertarnos de noche porque somos los mejores cambiando los horarios del mundo...

Puedo prometerte la vida que quiero y puedo darte 




El ser humano desea trascender del cuerpo, dejar que hable el alma; por eso amamos hasta fundirnos, nos drogamos hasta volar, corremos hasta sangrar, bailamos hasta temblar, nadamos hasta solo poder flotar, gritamos hasta quedarnos sin habla, besamos hasta que duela, vivimos mirando a la muerte a los ojos. 




Ven

“Amor, 


querer es correr en dirección contraria a las heridas”.

El amor hacia alguien hace que seamos invencibles, que lleguemos a levantar los pies de la tierra, que los problemas no existan, que saquemos tiempo de debajo de las piedras, nos hace reírnos mientras lloramos (y tener ganas de llorar mientras sonreímos), nos hace querer ser mejores personas y a veces saca lo peor de nosotros, nos hace pasar noches inolvidables y los peores insomnios, nos hace temblar solo con una palabra…
pero sobre todo, nos hace luchar contra nosotros mismos, nos hace enfrentarnos a todos nuestros miedos, a nuestras peores caras, a todas nuestras inseguridades. El amor tiene la capacidad de cambiarnos en todos los sentidos. El amor es la mayor revolución.




viernes, 8 de enero de 2016

Stop and think

Supongo que el lado bueno de la gripe es que tienes mucho tiempo para estar sola, y en consecuencia, para pensar. Se podría comparar a un bucle sin fin de noches con insomnio. Pero qué bien se está debajo de este edredón.. 
En mitad de mi delirio creo que he llegado a la conclusión de que a pesar de que el ser humano sea una especie que necesita vivir en comunidad, deberíamos obligarnos a tener días a solas, parar un poco el ruido y centrarse en lo importante, ¿y qué es lo importante?, es de las preguntas más relativas que puede hacerse una persona; ¿la familia? ¿tu pareja? ¿la universidad? ¿el futuro?. Me aventuraría a decir que lo más importante puede llegar a ser la salud mental de cada uno, si eso va bien, el resto llegará. 
Quita de tu vida todo aquello que resta, y cuida más todo lo que suma. 
A mi me suman las pelis en la cama, escribir a las tantas, parar el mundo para darme una ducha con música, ponerme los auriculares desde que me despierto para ir a clase, un té con amigos (o una cerveza, para qué engañarnos), dormir con mi hermana, darle un buen consejo a alguien, ser educada con una persona grosera, ver todos los atardeceres o amaneceres que pueda, pasarme la noche entera haciendo tonterías con mi pareja, hacer planes improvisados que se alarguen a tres días con la sal del mar en la piel y en el pelo y arena en los bolsillos.

¿Qué te llena a ti? 

¡VAMOS A DEDICARLE TIEMPO A LO QUE NOS HACE FELIZ!


Remember

“Me gusta todo de él menos que no te inspire para escribir”

He vuelto, o al menos, quiero intentarlo. 

En este sitio, en este sin fin de páginas en blanco a las que he intentado enfrentarme, dejé inmortalizada una gran parte de mi vida, y gracias a todas esas palabras amargas, historias nocturnas o ilusiones pequeñas, estoy aquí, siendo un poco más yo cada día. 

Hace poco alguien me preguntó si conocía a Amine, y con una inevitable sonrisa en la cara le contesté: “un poco más cada día”.

Solo he podido escribir pequeñas frases en estos dos últimos años y una carta bastante triste. No quiero perderme y sentir que una parte fundamental de lo que represento se va para siempre. 


Supongo que estuve unida un tiempo a una persona que me hizo creer que todos los pájaros de mi cabeza podían salir porque eran reales, porque aunque las cosas que yo pensase fuesen mentira, lo que me hacían sentir era de verdad, y con la misma rapidez que me hizo creer con todas mis fuerzas en todos esos ideales que revoleteaban en mi cabeza y en mi corazón, me los quitó de un plumazo. 
Pero sí, llegó aquella persona que echaba de menos sin ni siquiera conocerla, y de alguna manera, me hizo volver a volar.. a pesar de ya no tener alas.

Supongo que el verdadero tacto es lograr que una persona vea la luz sin hacerle sentir el rayo, y eso es lo que hizo él. Enseñarme mil cosas de una manera indirecta que solo él sabe el secreto. 

Me ha enseñado la sinceridad en las pequeñas cosas, y a enfrentarme a las grandes. Enseñarle los dientes a mis miedos para después irme a pasar la noche sonriendo juntos. También me ha enseñado que si yo pensaba que conocía el dolor del amor, estaba bastante equivocada. Pero lo nuestro son las montañas rusas, o no nos podemos ni ver o no podemos estar un día sin vernos, somos de extremos, pero vaya vicio de viaje…

Y esto es lo importante, quedarte con todos los pequeñitos y grandes consejos, ratos, momentos increíbles, largas noches llorando, aquella cerveza de más que te hizo echar de menos, quedarte con las personas aunque éstas se vayan, guardar la importancia que tuvieron para ti en su momento, hay que conservar las cosas buenas y las cosas malas, aunque parezca esta frase muy acorde a un libro de autoayuda, es una verdad como un templo. La caída y la cicatriz en la rodilla es parte de ti, y hay que sobrevivir a eso, pero sobre todo, vivir. 

Vivir con todo lo que te hace no poder respirar de la risa y todo lo que te quita el aire de tanto llorar.