viernes, 25 de octubre de 2013

María, de la buena.

Eres esa persona que cubre mis puntos débiles e intensifica los fuertes. La persona que mejores consejos me ha dado, a la que puedo decirle cualquier cosa, por las que me puedo ganar un beso o un bofetón de "Amine, despierta" , la que sabe lo que estoy pensando con solo mirarla, que me termina las frases soltando un suspiro y repitiendo "cómo te entiendo..." , que tenemos desastres del pasado que nos unen, y las esperanzas del futuro que nos unen aún más. No sé que hubiese sido de mí en los días que me ahogo y voy a verte solo para reírme de las desgracias, compartir vicios e historias. Es increíble lo rápido que haz empezado a ser uno de mis mayores puntos de apoyo, la primera persona a la que le escribo un SOS cuando me pasa algo o ya ni me soporto. Quiero resumirte en pocas líneas, pero importantes, que estaré aquí en las buenas y sobretodo en las malas, para que no hagas un mundo de granitos de arena y para que jamás te sientas sola, ni siquiera llorando, que si tú estás triste me salen primero las lágrimas a mí, y es un hecho demostrado. "Si tu vida se hace añicos, bajas a ese barranco, los recoges, los unes, y vuelves a empezar, yo lo haré contigo" En todos tus pasos en falso y en todos tus aciertos. Apoyarte en lo bueno y rectificar lo malo. No olvides que, "Si te caes, te levanto, y si te empujan, los mato". 
Es irónico que te llame pequeña cuando eres una de las personas más grandes que he conocido. Espero que te quedes siempre. 

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