domingo, 16 de junio de 2013

Hablemos en el bar más cutre y encantador.

-No entiendo cómo estás tan bien después de lo que te pasó, cómo te recuperaste tan rápido, yo si le perdiese me moriría, cómo le olvidaste en tan poco tiempo, eres la persona más fuerte que he conocido.

-Yo no le he olvidado, dentro de mi siguen momentos de esa época, pero me di cuenta de que el chico del que estuve enamorada murió, no existe, se acabó, es verdad que su cuerpo sigue por ahí, y lo disfrutará otra persona, pero su alma, por la que yo hubiese muerto si me lo hubiesen pedido, se fue en el último beso que le di, la última lágrima que bese en sus ojos, se murió y no va a volver, tengo que entender que venga quien venga no va a ser él, ni siquiera él. Alguien por quien yo hubiese dado la vida, y ahora no daría ni un cigarro. Así de duro, yo no tengo nada que ver con esas piernas que andan por calles perdidas, ni con esas manos que acarician otro cuerpo. Miro el futuro, y mi futuro se está yendo con otros ojos, otra mirada.

-De mayor quiero ser como tú.




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