Te hace imaginar, como cuando escuchas una gran canción y tocas una guitarra invisible, te recuerda a personas o momentos. Puedes compartirla y pensar que alguien en el otro extremo del mundo puede estar escuchando la misma canción. Lleva contigo desde siempre, empezó con las nanas para dormir y seguro que alguna vez se han quedado dormidos con los auriculares puestos.
La música siempre permanece, no se transforma.
¿Que sería del mundo sin música?
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